Desde las grandes transformaciones que ha tenido el fútbol base en Colombia con final de los tradicionales equipos de barrio que estaban a cargo de entusiastas personas y en los cuales por lo general eran constituidos entre los hijos de vecinos cercanos a las sedes de los clubes determinados por cuadras o barrios. Esos inicios empíricos fueron el comienzo rústico para lo que hoy son las grandes academias de fútbol en la etapa de inicio de los niños.
Vemos a los padres de familia afanosos para el momento en que el niño o niña estén listos para ingresarlos a las diferentes academias que brindan sus servicios en todos los lugares de la hermosa patria. Aquí comienza una aventura que lleva al cambio de hábitos en las familias y el orden de prioridades quedando todo sujeto al horario del partido del soñador el fin de semana y eso sin enumerar todas las peripecias realizadas para estar puntuales en los entrenamientos y de repente todo esto se choca contra una pared porque el estudiante se tarda en evolucionar producto de una inseguridad que lo arropa justo en los momentos más claves y en dónde todos tienen la ilusión que lo va a lograr producto de la charla amorosa entre el padre intenso, pero con el pedido de todos decidió mostrarse amoroso para volver osado al niño que no es” valiente” como su papá. El chico lo acompaña con una mirada diciéndole que el problema no es hoy, sino ayer cuando se sembraron las bases de su carácter. Estos chicos recibieron un mensaje siempre diciéndole con otras palabras hijo te quiero, pero yo lo hago por ti y sé que no eres capaz, pero mi misión es evitarte lo que yo sufrí.
Al querer acomodar el mundo para los hijos y víctimas de tus miedos no superados, pretendes que los pies del niño obedezcan órdenes de alguien al que le transmitiste tus inseguridades hoy bien disimulados con tu título de adulto. Las dudas sembradas durante mucho tiempo en esos trayectos que se hacen largos en el vehículo de papá después de un juego en que los pies volvieron a fallar y tu frustración la descargas de manera despiadada sobre un chiquillo que no entiende si él solo quiere divertirse en el juego, pero sus adultos cercanos lo juzgan como quien se cae encima del pudín en una fiesta infantil ajena.
Creo que es el momento de darle el verdadero sentido edificante para grandes hombres y mujeres al Dios inventar el balón para jugar al fútbol. Le estamos dando demasiada importancia a lo que no es verdaderamente importante en las diferentes canchas y es el ganar como sea, pero ganar para saciar nuestro tal espíritu competitivo que grita el niño escondido en sus propios miedos pero ahora con edad de padre o madre.
Los pies no piensan, ellos solo pueden ejecutar órdenes que van a ser más asertivas solamente si quien las da es un niño al que le han sanado su corazón con base a una verdadera confianza, sin importar los errores al intentar porque todos van a entender la importancia en realizar un verdadero desarrollo en el poder de decisión por medio del error y acierto que es el único camino para la construcción de una generación diferente. Este mensaje nos deja una cuota muy grande a nosotros, los educadores del fútbol para ir por la senda correcta y poder inspirar al soñador que viene corriendo detrás de una pelota. Sana tus miedos porque los pies no piensan.